¿Por qué pertenezco a una asociación de ateos?
Las siguientes consideraciones vienen dictadas por las personas que enteradas de las actividades realizadas por agrupaciones de ateos, comentan en un tono irónico: ¿Qué, haciendo una nueva religión? ¿Por qué os empeñáis en repetir los errores? Luchando contra la religión os metéis en la construcción de una estructura que la reproduce aunque cambien los postulados.
Estos comentarios nos llevan a la pregunta inicial, ¿por qué pertenecer a una asociación de ateos?
Hay una diferencia entre ser ateo y ser cristiano ( y me referiré básicamente a esta religión por ser la dominante en el ámbito europeo ) que reside en la postura ante el proselitismo. Si bien hay cristianos que circunscriben a su ámbito personal el desarrollo de su religiosidad, subyace en la ideología monoteísta una consideración de “elección”. Ser el pueblo elegido, por ejemplo, o cuanto menos un deseo de extensión de la fe, que conlleva desde la imposición directa hasta la imposición al menos de un concepto de reglamentación social que hacen extensivo a la totalidad. Podemos considerar que la extensión de la religión es un valor intrínseco de la religión y que viene explicitado documentalmente en sus escritos fundacionales
Por su parte el pensamiento ateo surge de una consideración personal, fundamentada en los diversos procesos de desarrollo individual, que nos conducen a no tener en consideración la existencia de entes divinos generadores del todo.
Con la materia sometida a las reglas de la energía tenemos suficiente para intentar darnos una respuesta plausible del mundo. Consecuentemente, por su carácter de conclusión personal, el ateismo no contempla el proselitismo, ni ningún otro camino que no sea la discusión dentro de la racionalidad.
Por tanto si a los ateos no nos mueve un afán proselitista, lo que nos empuja a crear asociaciones y agrupaciones es fundamentalmente un sentimiento de autodefensa y un deseo de pasar de una resistencia pasiva a una resistencia activa ante la presión constante que la religión ejerce en nuestras vidas.
La religión, a lo largo de la historia se ha manifestado como una de las invenciones humanas que más han contribuido a la ideología de la dominación, alineándose desde tiempos inmemoriales con el poder hasta el punto de que podríamos hablar más de aleación que de alineación, por lo que , la religión ha sido una herramienta de dominación y sometimiento que ha justificado moralmente a los poderosos y ha permitido su perpetuación . Este apoyo mutuo por el que la religión se constituye en herramienta de dominación tendente a generar un estado de alienación y un pensamiento que se encuentra dentro de las pautas que el poder establece, se manifiesta en diferentes formas de las que podemos destacar cinco :
A) La construcción de una doble moral, de un discurso moral incontrovertible , que independientemente de la conducta social de los detentadores permite una justificación ética per se. Se trata del discurso de la bondad, la justicia, la liberación, Valores de lo religioso que están por encima de los actos mismos que se realizan en nombre de la religión o en nombre de precisamente esos valores, independientemente de las negaciones de hecho en que se incurran. Por otra parte y para fundamentar este aspecto, el corpus teórico religioso ( Biblia, Evangelios) recoge todo tipo de expresiones contradictorias que pueden ser utilizadas según las necesidades del momento
B) La postergación en el tiempo de la justicia personal o social con la institución del premio o el castigo. El juicio final y las promesas de justicia por parte de un sumo juez ante el que todos somos iguales. Esta justicia diferida va íntimamente unida a una postura de sumisión pues la justicia divina no admite interferencias.
C) El mantenimiento del statu quo, es decir, el “siempre ha habido”, es una de las constantes del hecho religioso, el inmovilismo social, el conservadurismo que permite la perpetuación de las injusticias es un leit motiv de la Iglesia que pasa por la glorificación de la humildad entendida como pasividad en el sentido de que el humilde es el que “traga” el que acepta que siempre ha habido ricos y siempre ha habido pobres y que por tanto la injusticia es un factor consustancial al ser humano y su imperfección
D) La exaltación ciega de ciertos valores de los que configuran el núcleo ideológico que ayudan a preservar, en el caso de la religión, la familia tradicional y los valores que a ella han asociado y el mantenimiento de los roles tradicionales de género que conllevan la sumisión de la mujer y el enaltecimiento del patriarcado
E) La transformación de la dominación. Este es uno de los más refinados procedimientos de la Iglesia en la transmisión de la ideología y convierte a quien detenta el poder en un siervo de la comunidad, en un elegido para la tarea.
Los cinco aspectos elegidos generan una presencia constante de lo religioso en la vida cotidiana y son y han sido elementos constitutivos de la institución de lo social.
Por suerte, desde el Renacimiento y los inicios de las revoluciones burguesas y políticamente desde la Revolución francesa se ha abierto camino el concepto de separación de iglesia y estado, concepto que nos permite aunque sólo sea formalmente, comenzar a separar lo religioso y lo social y que nos lleva a caracterizar a una sociedad madura como aquella en la que sus miembros tienen capacidad de realizar un análisis que niegue de plano la autoridad moral y política de la jerarquía eclesiástica y se remitan a la construcción de una organización social determinada por lo humano.
¿Por qué pertenecer a una asociación de ateos?
Porque no queremos que el dinero publico se gaste en mantener confesiones
Porque no queremos que los actos sociales estén mediatizados por la religión
Porque no queremos que la ideología religiosa se transmita en las escuelas
Porque no queremos que la ciencia sea intrumentalizada por las creencias
Porque no queremos que la moral sea una exclusiva religiosa
La asociación y la unión de ateos y librepensadores es tanto una autodefensa frente a las intrusiones constantes de lo religioso en nuestras vidas como una aspiración a establecer condiciones sociales de normalidad fundamentadas en una reglamentación laica y universal de la sociedad, donde por supuesto pueden caber las opciones religiosas, siempre que estas se sometan a los principios establecidos socialmente en lo que respecta a los derechos y a las obligaciones de las personas
José Argerich
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Muy interesante el artículo, y completamente deacuerdo. Este artículo parece fruto de una "iluminación".
ResponEliminaUn saludo compañeros!
Francisco B.