Carta a Isabel Lozano
La libertad de conciencia es el derecho fundamental básico en cualquier democracia. Todos los demás derechos que en un sistema democrático se pueden disfrutar dependen de él. Y resulta increíble, cuando no altamente perjudicial para una buena convivencia, la no regulación de dicho derecho fundamental
MARC CABANILLES 24.09.2016 | 04:15
Estimada Isabel Lozano: Por informaciones aparecidas en Levante-EMV, hemos tenido conocimiento que el Ayuntamiento de Valencia ha iniciado las actuaciones y reuniones necesarias para abordar la «situación de la diversidad religiosa» en la ciudad.
Todo ello con el objetivo, parece, de garantizar la mejor convivencia posible entre todas las confesiones presentes y acabar con el menosprecio que los anteriores equipos de gobierno del PP han demostrado sistemáticamente con las minorías en nuestra ciudad.
Así mismo, se dice querer regular la representación institucional en actos importantes de las diversas confesiones, la relación fluida con sus responsables, la ocupación de la vía pública, etc.
De entrada, aplaudimos cualquier proyecto encaminado a conseguir todos los objetivos antes expuestos, pero se echa de menos el tener en cuenta a los no creyentes, que como se apunta desde el Ayuntamiento, también formamos parte de la diversidad, también podemos contribuir a la convivencia, y también hemos sido menospreciados durante años por los gobiernos del PP (no ser recibidos nunca, rechazar la contratación publicitaria en la EMT).
Esta característica de dejar al margen a quienes no se identifican con ninguna religión, practicada por los poderes públicos de cualquier color, no ocurriría si como sociedad democrática adulta, nos hubiéramos dotado de una Ley de Libertad de Conciencia, que siempre irá mucho más allá que cualquier Ley de Libertad Religiosa o de Culto que necesariamente son leyes muy restrictivas, en tanto en cuanto regulan aspectos muy concretos.
La libertad de conciencia es el derecho fundamental básico en cualquier democracia. Todos los demás derechos que en un sistema democrático se pueden disfrutar, dependen de él. Y resulta increíble, cuando no altamente perjudicial para una buena convivencia, la no regulación de dicho derecho fundamental.
Apoyándonos en esa libertad de conciencia, dado que cada persona ha de sentirse libre para practicar una religión, o manifestarse indiferente, agnóstico o ateo, desde AVALL, creemos que manifestarse, individual o colectivamente en ese sentido, no puede dar lugar a estigmatizaciones, ya sean de tipo social, jurídico o político, y por ello le trasladamos nuestra petición de considerar a los no creyentes como parte interesada en contribuir a lograr los objetivos que desde el actual ayuntamiento se han propuesto en esta materia.
Estamos seguros que con este nuevo equipo municipal, no se repetirán los actos de hostilidad, rechazo y marginación que en lo que respecta a AVALL, siempre practicaron los gobiernos del PP. En relación a ello, quedamos a su disposición para colaborar en todas aquellas iniciativas que desde el equipo de gobierno municipal se pongan en marcha. Atentamente.
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