dimecres, 28 de març del 2018

FUERZAS ARMADAS Y SEMANA SANTA


COMUNICADO DE AVALL

   De nuevo, como viene sucediendo durante décadas, las banderas españolas ondearan a media asta en los acuartelamientos militares y el Ministerio de Defensa, en señal de duelo por la muerte de Cristo. Así mismo, militares de diversas armas participarán en varios centenares de actos religiosos.

Según la Constitución (art. 16), España es un país aconfesional (que no laico), y por tanto,  no se debería prestar especial atención a ninguna confesión religiosa.

Además el real decreto 684/2010,  determina que la enseña ondeará a media asta en las Fuerzas Armadas (FF.AA.), exclusivamente cuando se decreten días de luto nacional, cuando fallecen militares en acto de servicio y cuando fallece el rey, la reina o el heredero, pero no para conmemorar la muerte de Cristo.

Esgrime la ministra de Defensa que "la celebración  de festividades religiosas por las FF.AA. forma parte de nuestra cultura".  Si por "formar parte de nuestra cultura", la ministra entiende la cantidad de años que las FF.AA. llevan bailando el agua a la secta católica, deberíamos concluir que el machismo causante de la marginación y feminicidios o la Inquisición que duró siglos,  también forman parte de nuestra cultura.

Desde AVALL, que como ateos consideramos las religiones como meras supercherías mágicas, sin ninguna base real ni científica, consideramos que esa intromisión de la religión en las instituciones y actuaciones del Estado, suponen una grave quiebra de la convivencia, que debería basarse en tres pilares fundamentales:
  •   El respeto mutuo.
  •   La igualdad de trato a las ideas y creencias (incluido el derecho a no creer).
  •   La neutralidad del espacio público ante estas ideas y creencias. 
  Todo lo que no sea respetar estos principios básicos, supone una postura arrogante e intimidadora de una parte de la sociedad frente a otra.


   Denunciamos la idea recurrente de justificar todo, apelando a la tradición, sin tener en cuenta que las únicas tradiciones que merece la pena conservar son aquellas que unen, no que separan, aquellas que favorecen la convivencia, no que la perturban, aquellas que garantizan la dignidad, no que la destruyen.

La única explicación a estas actuaciones reaccionarias y arrogantes, es que provienen de una visión del Estado plagada de actitudes nostálgicas de la dictadura pasada, intentando uniformizar vida y pensamientos, sin espacio para el disenso, que es considerado como un ataque o persecución.

En AVALL, nos oponemos a ese intento de imponer, a toda costa, una visión particular de la sociedad, recurriendo a tradiciones retrógradas y caducas, recurriendo al miedo con la ley mordaza, apoyados en una judicatura copada por el Opus Dei o repartiendo  privilegios mediante multitud de subvenciones, exenciones de impuestos o inmatriculación de propiedades.

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