El pasado sábado 2 de febrero, como cada primer sábado de mes, miembros
de la Asociación Sos Raíces se reunieron en la puerta de la Casa Cuna
Santa Isabel, sita en la calle Casa de la Misericordia, 8, de Valencia
para protestar por la actuación de esta congregación religiosa a lo
largo de varias décadas y por la nula colaboración que sigue
manifestando con sus víctimas y con la justicia en aras del reencuentro
de las familias afectadas por las adopciones irregulares. Allí estuvo
Enrique J. Vila Torres, presidente de esta asociación, y también
estuvieron para prestar su apoyo, varios miembros de la Junta Directiva
de Valencia Laica, incluida su Coordinadora, Raquel Ortiz, así como
varios miembros de la Associació Valenciana d'Ateus i Lliurepensadors
(AVALL).
Afectados por el robo de bebés, ya fueran madres y padres
que están buscando a sus hijos o hijas, o viceversa, colocaron varios
carteles y monigotes de papel en la fachada de este siniestro
establecimiento, demandando la verdad después de tantos años. Recordemos
que la justicia ha exigido la apertura de los archivos para que los
reencuentros familiares sean posibles, y que, a diferencia de lo que ha
ocurrido en la Casa Cuna de Barcelona, perteneciente a la misma
congregación religiosa, en Valencia su directora, sor Aurora Gallego, se
ha negado a suministrar cualquier información. Sin embargo, las
administraciones públicas valencianas siguen apoyándole de todas las
maneras posibles, llegando incluso al extremo de nombrar el 5 de octubre
de 2011 a sor Aurora Gallego hija adoptiva de Valencia con el voto en
solitario del grupo popular del Ayuntamiento, un hecho sin precedentes
tanto respecto a otras monjas del Estado español sospechosas de estas
prácticas aberrantes, como a que se trate de una votación por un solo
grupo político de este tipo de honores en este Ayuntamiento, ya que se
conceden siempre por unanimidad a personas de prestigio acreditado.
AVALL y Valencia Laica seguirán mostrando su apoyo, dentro de sus modestas fuerzas, a las víctimas de estos horribles delitos que todavía siguen impunes para escarnio y vergüenza de esta supuesta democracia y de este supuesto Estado aconfesional y de derecho.