dimarts, 8 d’agost del 2023

 

Publicado en Levante-EMV el 07-08-2023


Artículo de Marc Cabanilles


EL ROCÍO Y LA MEMORIA HISTÓRICA

 Hace unas semanas, hubo airadas protestas y denuncias efectuadas por un batiburrillo de colectivos (devotos, periodistas, políticos,… algunos de ellos marcadamente reaccionarios) por la parodia sobre la Virgen del Rocío programada en emisora catalana TV3. Se podría entrar en un debate sobre las ofensas (sobre todo religiosas), sobre dónde están los límites del humor, el papel de la religión,…. pero me dio por indagar sobre los orígenes de la celebración “del Rocío”, la memoria histórica del Rocío.

Siempre se habla de lo importante que es  conocer el pasado para entender el presente, pero pocas veces se aplica este razonamiento, ensalzando y propagando a los cuatro vientos, sin ningún pudor ni comprobación, aquello que primero nos llega, sea vía medios de comunicación (lo ha dicho tal televisión), o sea vía redes sociales (lo he leído en Twiter, Telegram,…).

Los orígenes y evolución del Rocío suponen una historia totalmente desconocida para la mayoría de la población. Se conocen profusamente ciertos estereotipos como el enorme fervor, la romería, el salto de la valla,… pero nunca nos contaron como se ha gestado todo un entramado comercial, superficial, corrupto, a la par que casposo, alrededor de una estatua de yeso.

En 1980, el director sevillano Fernando Ruiz Vergara, realizó el documental “ROCÍO”, que puede considerarse el primer trabajo sobre memoria histórica. Pensaba el director que, estando en democracia, ya podía dar a conocer una visión histórica y antropológica de la romería andaluza del Rocío, y dejar al descubierto las numerosas facetas ocultas (falsedades, negocios, milagros, urbanismo, corrupción, represión,…) que subyacen alrededor de la estatua.

No fue así. Los mecanismos de persecución y hostigamiento de ciertos sectores reaccionarios de la sociedad andaluza y del poder judicial, que son básicamente los antepasados de los actuales ofendidos por la parodia de TV3, culminaron con una denuncia ante los tribunales, interpuesta la misma mañana del 23 de febrero de 1981 (seguramente esperaban que triunfara el golpe del general Milans del Bosch).

Esa denuncia, además del exilio en Portugal del director y una multa millonaria, tuvo como consecuencia, el inmediato secuestro del documental por las autoridades “democráticas” de la época, a pesar que la ley de Censura Cinematográfica había sido derogada en 1977. Otra prueba más para demostrar una falsa Transición que se nos ha vendido como modélica, con una Constitución “inmejorable” que se supone protegía la libertad de expresión.

El documental explica con total claridad, apoyado en hechos, testimonios y nombres, cómo se montó una tradición que no existía y cómo pervive en base a un lucrativo negocio con la exclusiva de venta de imágenes, velas, fotos,…

Cómo se inventaron unos milagros chabacanos que, puestos a ofender, ofenden mucho más que la parodia de TV3.

Cómo se aprovechó la fiesta para acometer unos ambiciosos planes urbanísticos alrededor del santuario.

Cómo el impulsor de la construcción de la basílica, el reaccionario obispo Pedro Cantero (franquista, consejero del Reino y procurador en Cortes nombrado por Franco), recibió comisiones con las obras.

Se muestra, cual fue la estrecha relación de la Iglesia y de la hermandad rociera con los trágicos sucesos acaecidos en Almonte a partir del 18 de julio de 1936.

Quiénes fueron los “hermanos” de la Hermandad del Rocío que denunciaron a decenas de vecinos de la localidad para que fueran fusilados por el simple hecho de ser de izquierdas o no ser devotos del muñeco, y que todavía, muchos de ellos, permanecen tirados en las cunetas.

Cómo se engatusó (como siempre) a la población más pobre e ignorante para mantener un acto en el que únicamente los señoritos podían participar, puesto que aparte  de disponer de unos caballos y unas carretas que pocos tenían, debían de permitirse el lujo de estar una semana sin trabajar.

Después de visionar el documental, es imposible entender cómo se puede estar de los nervios por una parodia que dura diez minutos, en una televisión ajena y alejada de Andalucía.

Imposible discernir si lo que hay es una doble vara de medir o simplemente se ha llegado a un estado irreversible de enajenación mental.

Difícil no pensar que el PP (y en  distintas épocas y con distintos acontecimientos también el PSOE), utilice la parodia de TV3 para desviar la atención y ocultar graves problemas en Andalucía, como la sanidad, la asfixia de Doñana, las privatizaciones, la educación confesional, la situación del campo, el desempleo.

Tengo la esperanza (no la seguridad) que esa protesta magnificada por intereses políticos y territoriales, no vaya con todo el pueblo andaluz. Como suele ocurrir, espero que sólo sean unos pocos, muy  ruidosos y con acceso a ciertos medios de comunicación (Televisión Canal Sur, la COPE, Antena3) quienes se sientan “profundamente” ofendidos, mientras una gran mayoría rehúya de esas exageraciones y físicamente huya, de esas multitudinarias muestras de irracionalidad.

Si no comprenden cierto humor, si creen que libertad de expresión es coincidir con sus opiniones, si no les gusta una simple parodia, se explica muy bien y se entiende perfectamente, que todavía les guste menos que salgan a la luz unos acontecimientos tan execrables, tan dolorosos, tan reveladores de la facilidad con que se pueden manipular las conciencias y de lo bajo que puede caer el ser humano.

dimarts, 4 de juliol del 2023


         

Publicado en Levante-EMV el 03-07-2023


Article de Marc Cabanilles


LA ACONFESIONALIDAD SEGUIRÁ AUSENTE

Estamos viviendo en una sociedad caracterizada por el pluralismo: Pluralidad de culturas, de lenguas, de razas, de creencias religiosas, de tipos de familias, de relaciones afectivas, de nacionalidades, de partidos políticos,.....

En el caso de la religión, tenemos la “relativa” fortuna de vivir en un estado aconfesional, donde llevamos muchos años conviviendo, armoniosa y civilizadamente, católicos, protestantes, testigos de Jehová, musulmanes, ortodoxos, agnósticos, ateos. Y digo relativa, porque los principios básicos de dicha aconfesionalidad, hasta ahora totalmente ignorados, seguirán siendo nulamente respetados.

Con la nueva ola conservadora, se incrementará el aluvión de autoridades civiles, elegidas en elecciones libres, ataviadas con  banda, fajín o vara de mando, que se desviven por participar, como tales autoridades, en los eventos religiosos (misas, procesiones, tedeums,..), ocupando sitios destacados y reservados, cosa que contradice el espíritu aconfesional definido en la Constitución y que no debería suceder, puesto que  son representantes de toda una variada ciudadanía.

¿Por qué las autoridades, tanto progresistas como conservadoras, se empeñan en participar en celebraciones religiosas ocupando sitios destacados y reservados expresamente? ¿Por qué no pueden limitarse a participar como cualquier otro ciudadano, ocupando cualquier lugar libre en el templo o en el caso de las procesiones, yendo en la misma fila que el resto de los participantes? ¿Acaso necesitan alimentar su ego o simplemente es hacer saber a la ciudadana quien manda aquí? Dichas autoridades, se las dan de sentido común, de ser personas cabales, responsables, presumen de ser respetuosos con las leyes, dicen querer gobernar para todos.

Entonces, ¿Qué pasa con el incumplimiento en la aconfesionalidad del estado?

Si la Constitución, a la que tantas veces se recurre, define España como un estado aconfesional, ayuntamientos y mancomunidades, como parte de ese estado aconfesional, deberían ser independientes de cualquier organización o confesión religiosa, sus autoridades políticas no deberían adherirse públicamente a ninguna religión determinada, y deberían velar para que ninguna religión influyese sobre las decisiones que esas autoridades deben tomar en cada momento.

Eso es precisamente lo que significa estado aconfesional.

A la ciudadanía, se le exige que cumplamos la ley, que paguemos puntualmente los impuestos, que cumplamos con las normas,.... Y si no es así, nos vemos abocados a la cárcel, a un embargo, a los desahucios, a pagar multas,....

¿Por qué las autoridades civiles no cumplen el precepto de aconfesionalidad del estado recogido en la constitución? ¿Por qué ese desprecio a quienes no nos consideramos católicos?

¿Será porque siguen anclados en lo de que "aquí mando yo y hago lo que me da la gana"?

¿Será por falta de imaginación para programar actos y necesitan de la misa para llenar el programa?

¿Será que 40 años de dictadura franquista han grabado en el cerebro de nuestras autoridades civiles que la iglesia y estado son la misma cosa? (acordémonos que Franco entraba en las iglesias bajo el palio).

¿Será porque no se enteran de qué es lo que dice la Constitución, de la que tanto presumen o es que de ciertas cosas no les interesa estar enterados?

Seguramente dirán que la mayoría de la ciudadanía es católica y quiere esa actuación de las autoridades. Yo les contesto que eso no es razón suficiente, porque seguro que también hay una mayoría que considera que pagan muchos impuestos, y no por eso se los van a rebajar.

Cuando venga la celebración del Ramadán, ¿Van las autoridades a participar en los ayunos y plegarias a La Meca?

 

Más de uno tendrá la tentación de decirme que con los problemas que tenemos de paro, corrupción, sanidad, vivienda,.... escribir este artículo es una tontería y una pérdida de tiempo.

Pues eso mismo digo yo. Con los problemas que tenemos, nuestras autoridades civiles siguen empeñadas en hacer tonterías, perder el tiempo y envenenar la convivencia, participando, en nombre de todos, en actos religiosos de confesiones particulares. Y que conste que, además de incumplir la ley, ellos cobran por hacer esas tonterías y perder ese tiempo, cosa que yo no hago por escribir este artículo.

Es inaudito, que en los actuales momentos de desarrollo de la sociedad y después de varios lustros de ser un estado aconfesional, tengamos que seguir exigiendo a los representantes democráticos, el más elemental respeto a los ciudadanos y ciudadanas de todas las creencias, pero también al ordenamiento jurídico, que proclama que "ninguna confesión tendrá carácter estatal”. La separación efectiva del Estado y la Iglesia debe formar parte de los usos y costumbres y, por tanto, también en las tradiciones religiosas, que nada tienen que ver con las funciones institucionales de los poderes públicos.

Se puede caer en la tentación de justificar este comportamiento apelando a la "tradición", pero las únicas tradiciones que merece la pena conservar son aquellas que unen, no que separan, aquellas que favorecen la convivencia, no que la perturban, aquellas que garantizan el respeto, no que lo destruyen.

Si de verdad se creen el papel “sagrado” de la Constitución para lograr una convivencia pacífica y armoniosa entre la ciudadanía, deberían empezar por respetar las creencias (o no creencias) de todos los ciudadanos y ciudadanas, comprometiéndose a garantizar la no participación como alcaldes o concejales en todo tipo de manifestación religiosa, separando explícitamente sus creencias personales de aquellas conductas que realizan en calidad de representantes políticos.

Desprestigiar esta petición con la socorrida excusa que esta postura representa una minoría, lo único que supone, es no afrontar el problema, y encima, cargar las culpas sobre quienes no son responsables de la situación.

Y si las cosas se dejan como están, seguiremos insistiendo cada vez que la única justificación que se tiene para no respetar derechos y mantener privilegios, sea que "somos la mayoría".

 

Marc Cabanilles

Associació Valenciana d’Ateisme y Lliurepensament (AVALL)


dimarts, 25 d’abril del 2023

                                  

Article de Marc Cabanilles                   Publicado en LEVANTE-EMV el 25/04/2023


                                 

FETESA Y EL PUEBLO SAHARAUI


Vivimos un momento, en que el conflicto del Sáhara Occidental, pareciera cansar más a la comunidad internacional que al propio pueblo saharaui (lo cual ya es cansarse), y por tanto, olvidando la legalidad internacional, las resoluciones de la ONU y las sentencias de la justicia europea, varios países, como un cuentagotas, se van decantando por la autonomía restringida que Marruecos ofrece al pueblo saharaui, tachando dicho plan como “el más creíble, serio y realista”, obviando que Marruecos es un régimen dictatorial, poco respetuoso con su propia ciudadanía, responsable del espionaje a mandatarios europeos y organizador de una trama de corrupción en el propio Parlamento Europeo.

Así pues, las organizaciones solidarias con la causa saharaui, necesitamos redoblar esfuerzos para contrarrestar, por un lado la inutilidad de la ONU, y por otro lado, el reconocimiento de la “marroquinidad” del Sáhara apuntada por el expresidente Trump, reconocimiento a todas luces ilegal, puesto que nadie puede regalar soberanías en función de sus intereses, y menos en un territorio pendiente de descolonizar.

 Y por si no fuera bastante lo anterior, nos encontramos a una Unión Europea con una falta total de políticas propias, que desemboca en un seguidismo inexplicable de las iniciativas de EE.UU. tal y como ya se ha visto en otros escenarios (la antigua Yugoslavia, Irak, Yemen, Libia, Siria y cómo no, Ucrania).

Es por ello que, a poco más de dos meses de haber finalizado la XVI Caravana Solidaria 4x4, organizada por Rivas-Sahel, volvemos a poner un granito de arena, retornando a los campamentos saharauis, ahora de la mano de la compañía teatral valenciana, La Monda Lironda Teatre, con su proyecto FETESA (Festival Internacional de Teatro Escolar Sáhara-España).

Un proyecto para llevar un programa de formación en materia de teatro y educación para profesionales del Sáhara, con dos festivales anuales en los campamentos saharauis (abril y noviembre) y un festival paralelo en centros escolares de Valencia ciudad (septiembre a junio).

Un proyecto para difundir el conflicto y denunciar el olvido que sufre el pueblo saharaui, con cerca de 200.000 personas exiliadas en el desierto desde hace 48 años, así como la pasividad internacional ante esta injusticia.

Un proyecto que ha creado una pequeña escuela de teatro en el campamento saharaui de Smara, generando espacios de encuentro entre comunidades educativas diversas y que persigue el intercambio cultural entre profesores y alumnos saharauis y españoles.  

Un proyecto donde los fondos recaudados van destinados a meriendas para los niñas y niños, gratificaciones a los profesores, transportes en los campamentos y materiales para las escuelas.

Un proyecto, para promover el uso de las artes escénicas como herramienta educativa, y como un medio para sensibilizar en materia de derechos humanos y la protección de las personas refugiadas.

Un proyecto para dar la oportunidad de realizar estudios profesionales de teatro, creando nuevas oportunidades de formación y desarrollo, así como intercambios profesionales y artísticos.

Un proyecto por el que han pasado más de 3000 estudiantes entre saharauis y españoles, que ha impartido más de 70 charlas de sensibilización en los centros escolares de España, que ha participado en el MICE (Muestra Internacional de Cine Educativo), en ferias y congresos, que ha realizado varias Jornadas sobre el Sáhara, que ha transportado más de 800 kg de material escolar a los campamentos, que ha colaborado en programas de radio y televisión en defensa de la causa saharaui, etc.

Es verdad que FETESA constituye una gota de agua en medio de todo este entramado que intenta silenciar primero, y hacer claudicar después, al pueblo saharaui, pero hasta donde las fuerzas y los recursos alcancen, nuestra visita a los campamentos y las actividades a desarrollar en los centros educativos saharauis, permitirán a cientos de niños y niñas saharauis olvidarse, aunque sea temporalmente, del duro entorno en que viven y de la multitud de carencias de todo tipo (sanitarias, de alimentación, de materiales educativos, de recursos pedagógicos,..).

En una época en que el individualismo constituye la base el comportamiento, donde el consumismo absorbe todas las energías y donde las nuevas tecnologías han empobrecido la comunicación cara a cara, proyectos como FETESA, promoviendo la solidaridad entre personas y entre pueblos, son un instrumento fundamental para intentar cambiar el mundo y hacer de él un lugar donde vivir sea una suerte y no un infierno.

 Como ya dije en un artículo anterior publicado también en Levante-EMV ("Solidaridad sin contrapartidas"), en el movimiento solidario en general, y en FETESA en particular, somos conscientes que no por el simple hecho de querer algo, de saber que ese algo es de justicia, se va a conseguir o va a venir caído del cielo.

Debemos, por tanto, seguir desarrollando proyectos y vínculos con otros pueblos en base a una solidaridad entendida en su sentido etimológico (del latín Solidus: Sólido),  que hace referencia a la estabilidad y firmeza con que diferentes partes colaboran, planteándola como una acción cotidiana que se aleje de llevar a los destinatarios a situaciones de dependencias y tutela.

No nos queda otra que dejarse la piel en ello, porque nunca el “campo de batalla” estuvo tan vacío, aunque por suerte, siempre encontramos muchas manos amigas que hacen posible el seguir adelante.


Marc Cabanilles
Ateneo Libertario Al Margen de València