Publicado en Levante-EMV el 07-08-2023
Artículo de Marc Cabanilles
EL ROCÍO Y LA MEMORIA HISTÓRICA
Siempre se habla de lo importante que es conocer el pasado para entender el presente,
pero pocas veces se aplica este razonamiento, ensalzando y propagando a los
cuatro vientos, sin ningún pudor ni comprobación, aquello que primero nos llega,
sea vía medios de comunicación (lo ha dicho tal televisión), o sea vía redes
sociales (lo he leído en Twiter, Telegram,…).
Los orígenes y evolución del Rocío suponen una historia
totalmente desconocida para la mayoría de la población. Se conocen profusamente
ciertos estereotipos como el enorme fervor, la romería, el salto de la valla,… pero
nunca nos contaron como se ha gestado todo un entramado comercial, superficial,
corrupto, a la par que casposo, alrededor de una estatua de yeso.
En 1980, el director
sevillano Fernando Ruiz Vergara, realizó el documental “ROCÍO”, que puede
considerarse el primer trabajo sobre memoria histórica. Pensaba el director
que, estando en democracia, ya podía dar a conocer una visión histórica y
antropológica de la romería andaluza del Rocío, y dejar al descubierto las numerosas
facetas ocultas (falsedades, negocios, milagros, urbanismo, corrupción,
represión,…) que subyacen alrededor de la estatua.
No fue así. Los
mecanismos de persecución y hostigamiento de ciertos sectores reaccionarios de
la sociedad andaluza y del poder judicial, que son básicamente los antepasados
de los actuales ofendidos por la parodia de TV3, culminaron con una denuncia
ante los tribunales, interpuesta la misma mañana del 23 de febrero de 1981 (seguramente
esperaban que triunfara el golpe del general Milans del Bosch).
Esa denuncia, además
del exilio en Portugal del director y una multa millonaria, tuvo como
consecuencia, el inmediato secuestro del documental por las autoridades
“democráticas” de la época, a pesar que la ley de Censura Cinematográfica había
sido derogada en 1977. Otra prueba más para demostrar una falsa Transición que
se nos ha vendido como modélica, con una Constitución “inmejorable” que se
supone protegía la libertad de expresión.
El documental explica
con total claridad, apoyado en hechos, testimonios y nombres, cómo se montó una
tradición que no existía y cómo pervive en base a un lucrativo negocio con la
exclusiva de venta de imágenes, velas, fotos,…
Cómo se inventaron unos
milagros chabacanos que, puestos a ofender, ofenden mucho más que la parodia de
TV3.
Cómo se aprovechó la
fiesta para acometer unos ambiciosos planes urbanísticos alrededor del
santuario.
Cómo el impulsor de la
construcción de la basílica, el reaccionario obispo Pedro Cantero (franquista,
consejero del Reino y procurador en Cortes nombrado por Franco), recibió
comisiones con las obras.
Se muestra, cual fue
la estrecha relación de la Iglesia y de la hermandad rociera con los trágicos
sucesos acaecidos en Almonte a partir del 18 de julio de 1936.
Quiénes fueron los
“hermanos” de la Hermandad del Rocío que denunciaron a decenas de vecinos de la
localidad para que fueran fusilados por el simple hecho de ser de izquierdas o
no ser devotos del muñeco, y que todavía, muchos de ellos, permanecen tirados
en las cunetas.
Cómo se engatusó (como siempre) a la población más pobre e
ignorante para mantener un acto en el que únicamente los señoritos podían
participar, puesto que aparte de
disponer de unos caballos y unas carretas que pocos tenían, debían de permitirse
el lujo de estar una semana sin trabajar.
Después de visionar el
documental, es imposible entender cómo se puede estar de los nervios por una
parodia que dura diez minutos, en una televisión ajena y alejada de Andalucía.
Imposible discernir si
lo que hay es una doble vara de medir o simplemente se ha llegado a un estado
irreversible de enajenación mental.
Difícil no pensar que el PP (y en distintas épocas y con distintos
acontecimientos también el PSOE), utilice la parodia de TV3 para desviar la
atención y ocultar graves problemas en Andalucía, como la sanidad, la asfixia de
Doñana, las privatizaciones, la educación confesional, la situación del campo,
el desempleo.
Tengo la esperanza (no la seguridad) que esa protesta
magnificada por intereses políticos y territoriales, no vaya con todo el pueblo
andaluz. Como suele ocurrir, espero que sólo sean unos pocos, muy ruidosos y con acceso a ciertos medios de comunicación
(Televisión Canal Sur, la COPE, Antena3) quienes se sientan “profundamente”
ofendidos, mientras una gran mayoría rehúya de esas exageraciones y físicamente
huya, de esas multitudinarias muestras de irracionalidad.
Si no comprenden cierto humor, si creen que libertad de expresión es coincidir con sus opiniones, si no les gusta una simple parodia, se explica muy bien y se entiende perfectamente, que todavía les guste menos que salgan a la luz unos acontecimientos tan execrables, tan dolorosos, tan reveladores de la facilidad con que se pueden manipular las conciencias y de lo bajo que puede caer el ser humano.
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