Article de Marc Cabanilles
Publicat el 5.2.2019
Para la Asociación Valenciana de Ateos y
Librepensadores (AVALL), desde el punto de vista de la Laicidad, esta
legislatura ha supuesto un tiempo perdido. En nuestra Comunitat, el cambio de
signo en el gobierno autonómico, con una administración que, según los
estándares, sería de izquierdas, no se ha materializado en avances hacia el
cumplimiento de la "no confesionalidad" del Estado, proclamada en la
Constitución.
Esta administración, en lo
relativo a Laicidad, no ha tomado ninguna decisión política que nos acerque a
la tan necesaria neutralidad del Estado y las administraciones públicas en
relación a las convicciones no religiosas y las creencias religiosas.
A la continuidad con el horario
máximo de horas de religión en la enseñanza, a los privilegios habituales de la
iglesia católica (casilla IRPF, exención del IBI, actividad religiosa dentro de
locales públicos (como por ejemplo hospitales, ayuntamientos, colegios ...),
inmatriculación de propiedades, etc. ...., tenemos que añadir ahora la
posibilidad de que otras confesiones religiosas (islam, evangelistas, judaísmo....),
puedan disponer de horas para la extensión de sus creencias en la enseñanza. No
sólo queda la religión dentro de la escuela, sino que las administraciones
públicas, con la excusa de una legalidad que ni tan siquiera esos partidos
llamados de izquierdas quieren (o se atreven) a cambiar, están dispuestos a
ampliar el tiempo que, dentro de la enseñanza, curas, imanes o rabinos van a
tener para adoctrinar en sus creencias particulares.
Cuando se pierde la noción del espacio
que se tiene que ocupar, cualquier cosa puede suceder. Y en este caso, las
administraciones públicas ignoran que el derecho de los hijos a recibir del
sistema educativo una información veraz, científica y contrastada, está por
encima del derecho de los padres a inculcar a los hijos sus creencias, que por
otro lado, nadie impide que hagan en sus espacios privados (iglesias, mezquitas
o sinagogas).
A diferencia de la legislatura anterior,
en que fuimos ninguneados y tratados como apestados, en ésta, los responsables
políticos nos reciben y escuchan. Y poco más, pues somos conscientes que
nuestras opiniones no van a ser tenidas en cuenta. Y pese a ello, en AVALL hemos querido seguir manteniendo reuniones
periódicas con la intención de hacerles llegar la opinión de una parte
significativa de la sociedad, que no está de acuerdo con la idea que las
religiones impregnen todos los aspectos de la vida (legislación, cultura, enseñanza, festivos,
actos médicos, ...). Nuestro objetivo es contrarrestar lo que, oyendo en muchos
medios convencionales de comunicación, parece una opinión unánime hacia la
extensión de privilegios y prebendas a todas las religiones, o al menos, a las
mayoritarias.
Con nuestras humildes capacidades, sin
ningún tipo de subvención (que por otro lado, no queremos), hemos intentado hacer frente a estas
situaciones. Y aunque por la situación política actual, podría parecer más
fácil abordar toda esta problemática, resulta que no lo es. Dado que desde el
poder legislativo no esperamos muchos cambios, mientras las instituciones
públicas no demuestren interés en
cumplir la Constitución en aquello en lo referente a la "no
confesionalidad" del estado, continuaremos intentando concienciar a la
opinión pública, dando a conocer a la población el despropósito,
irracionalidad, sectarismo y, en algunos casos, la ilegalidad de algunas
actuaciones de las instituciones religiosas.
Seguiremos explicando las supersticiones
y el fraude que se esconde detrás de muchas confesiones, el fundamentalismo con
que actúan, los ataques e injerencias que realizan constantemente contra las
instituciones democráticas, contra la ciencia, denunciando la discriminación de
amplios sectores de la sociedad (mujeres, colectivo LGTBI) o escándalos como la
pederastia cuya investigación ocultan o entorpecen, no cejaremos en el empeño
de terminar con los privilegios que disfrutan las confesiones religiosas,
impropios en una democracia avanzada.
Y
por supuesto, seguiremos con la promoción, el debate y la dignificación del
pensamiento ateo, defendiendo los derechos de
ateos, agnósticos y librepensadores en todos el ámbitos.