dijous, 20 de desembre del 2012

Carta abierta al Sr. Wert


Estimado Sr. Wert:

Ya hace un año, en el momento en que tomó posesión de su cargo como ministro de Educación, subrayó usted la importancia que debe darse a los valores. No podemos estar más de acuerdo. Obviamente, usted sabe que su propio apellido significa “valor” en alemán, y quizá se deleite con las asociaciones que a otras personas cultas les puedan venir a la mente habida cuenta de los principios que guían su actuación como ministro. Como no puede ser de otra manera, también nosotros buscamos inspirarnos, en lo referente a estos valores, en la Constitución de todos los españoles. Estamos orgullosos de una constitución que en su artículo 16 garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto. Como sabemos que también para usted estos principios están por encima de todo, estamos convencidos de que hará cuanto esté en sus manos para asegurarles dicha libertad a los alumnos de primaria y secundaria, o a sus padres. Nos satisface pensar que consecuentemente, los alumnos no solo podrán optar por una instrucción religiosa católica, evangélica, musulmana, hebrea, etc., sino que tendrán también, como opción alternativa, la ciencia. Quienes se sienten herederos de la Ilustración, quienes no se reconocen en ninguna fe, quienes piensan que la razón es la que debe guiar nuestros pasos, ese veinticinco por ciento largo de los españoles, se sentirán muy satisfechos de que sus hijos tengan la posibilidad, por esta vía, de recuperar los contenidos científicos de los que se les priva al eliminar del bachillerato las “ciencias para el mundo contemporáneo”. Desaparece pues la “atención educativa” y vuelve la “alternativa”. Y la alternativa a la religión es la ciencia, claro está; nos congratulamos.

Somos, desde luego, conscientes de que no todo el mundo será partidario de que se ofrezca esta alternativa. A muchos, la dicotomía entre ciencia y religión les parecerá rancia y caduca, medieval.  Muchos aspiran a un ordenamiento más actual, y dirigen la mirada a EE.UU., el más moderno y liberal de los estados modernos. Allí, la religión no tiene cabida en los centros de enseñanza. La religión se transmite en los “Sunday schools”, las escuelas del domingo (o las del viernes o sábado, según la confesión ...). Los fines de semana, se puede hablar de diseño inteligente y creación divina. Pero en días laborables, ante los pupitres de niños y adolescentes, esos discursos están vetados por ley, y así se ha concluido en numerosas ocasiones, siempre que padres y profesores han acudido a los tribunales para dirimir esta cuestión que ya viene de largo, como retrató en su día Spencer Tracy en la película “La herencia del viento”. Tal vez tengan razón los que aspiran al modelo norteamericano: la fe, para el fin de semana; de lunes a viernes, ciencia. Sí, Sr. Wert, éste es el modelo por el que usted debería apostar. A dios lo que es de dios, y al césar lo que es del césar.

Anahí Seri

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